Ambiciosa, hilarante, entrañable y sorprendente novela coral sobre la búsqueda de la identidad, la rebelión a un destino marcado, la soledad, las comunidades cerradas y el qué dirán. Con un elenco de personajes memorables.
Con un tono entre La conjura de los necios, el cómic underground americano, los cluedos a lo Agatha Christie o Alicia en el país de las maravillas. La autora teje un universo entre lo real y lo fantástico que funciona como un juego de muñecas rusas, singularmente adictivo.
Es también, a su manera, un retrato ácido del mundillo literario-periodístico, donde cualquier parecido con la realidad no es coincidencia.
Tiene, su literatura, unos códigos propios que marcan la experiencia lectora. La novela exige atención (demasiados nombres compuestos para mi escasa memoria) y aceptar sus reglas. Una experiencia literaria única, embarcarse en sus 600 páginas merece la pena. El gran cuento de Navidad moderno escrito en este país.