Llegué a Julia Armfield a través de sus primeros relatos publicados, que la pusieron merecidamente bajo no pocos focos literarios (aunque en España pasara algo inadvertida). Su primera novela confirma este talento con un libro experimental, con tanta capa argumental, que me he quedado con ganas de más Julia bajo tanto manto.
Leah y Miri mantienen una relación llena de complicidades desde hace años. Leah es una oceanógrafa que acaba participando en una expedición al fondo del lecho marino, la cual, por circunstancias poco claras, se prolonga durante meses cuando solo tendría que haber durado unas pocas semanas. Es por ello que comienza a aflorar la sospecha sobre si el verdadero objeto de estudio no ha sido la propia tripulación y su exposición a las profundidades. Cuando Leah vuelve a casa ha cambiado… Su cuerpo y su mente no se comportan del mismo modo y su relación con el entorno también es diferente. El océano se ha impregnado de ella, o al revés… y quiere más. A partir de aquí la novela entra en una sucesión de flashbacks sobre lo vivido dentro de la nave con sus dos compañeros y el relato desde el presente por parte de Miri. Puede que esta historia hubiese inspirado todavía más a Guillermo del Toro que su ya exitosa, La forma del agua. En Nuestras esposas bajo el mar se mezcla una novela intimista con un suspense lánguido y desasosegante.