Novela laberíntica. De hecho, es tan osadamente laberíntica, que se acaba perdiendo un poco en su propia obsesión por el trazado y, en ocasiones, se precipita en la cadencia de traspaso de información al lector. Este último percibe el sustento del juego demasiado pronto, pero esto no debilita en demasía una novela muy potente, de sumo interés y que agradará a una gran variedad de tipo de lectores.
El fondo más intelectual de la obra es muy interesante: la relación evolutiva entre el hombre y la ciencia. Su conceptualización ayuda a dar un empaque muy revelador a la obra.